Y aquí estoy yo.
Sentado al borde de mi cama fumándome el último cigarrillo de mi cajetilla de Malboro.
Rabia que no puedo contener se convierte en lágrimas que resbalan por mi rostro y que mis manos las quita pero es imposible prohibir que salgan más.
...
Salí de mi presentación de la universidad muy contento. "Ya soy universitario" Me dije a mi mismo, sonreí y pensando en que ahora tenía que ir directo a mi trabajo, al que me llamaron un día antes para confirmarme de que el puesto era mío.
Mil curriculums eché por todo Madrid. Ahora en un Pull And Bear de una calle muy saturada me habían cogido por fin. Estaba lleno de alegría, ¡Me habían llamado de una tienda de ropa! Aun que si me hubieran llamado del McDonnal's no importaría, me encanta la comida basura, es más, podría estar comiendo semanas enteras a base de eso.
Óscar compartía mi alegría, por eso decidió ir con Irene a hacerme una visita a cuya tienda.
- Em, perdona, si tengo 50 euros y esto vale 29'95... ¿Cuánto tendrías que devolverme?
- Señor, si está interesado en comprarlo, podría ir a caja y allí perfectamente le damos su cambio exacto.
- Jajajaja ¡Me has llamado de usted! Eso tenía que haberlo grabado, ¡Porras! - Dijo Óscar a carcajadas.
- ¡Izan vemos que te apañas muy bien! Jo que suerte de que te llamaran, yo aún estoy esperando a ver si me llaman también en el Women'secret o Zara... - Dijo Irene y soltó un suspiro.
- No te preocupes Irene, te llamarán. - Y la guiñé un ojo.
- ¡Rubio! ¿Cuál me queda mejor? ¿Azul o morado? O tal vez... ¿Rojo? - Decía Óscar con perchas a la altura del pecho.
- Ninguno de los tres, ¡Y DEJA DE REVOLVER TODO QUE LO ACABO DE COLOCAR!
1 hora después se despidieron de mí ya que Irene habia terminado de probarse todas y cada una de las prendas que había en la tienda y que finalmente salió de ahí con una mísera camiseta de tirantes blanca.
Yo mucho más tarde, salí con direccion a coger el metro para ir a mi casa, en donde iria derecho a tirarme a la cama y no levantarme de ahí hasta el siguiente día.
Estaba agotado pero era normal, y tenía que ir aconstumbrandome porque voy a estar compaginando trabajo con universidad una gran temporada ya que necesita dinero mi familia y claramente yo también para pagarme mis gastos.
Al ir callejeando de camino al metro vi aparcado el coche rojo de Marco y a él apoyado al otro lado de espaldas. "¡Anda! ¿Que hará aquí? Bueno mejor, así que me lleve a casa en coche. No creo que le importe." Pensé.
A medida que me iba acercando vi que no estaba solo, una chica estaba con él apoyado en su regazo y compartian muchas risas.
Yo tenia una sonrisa al pensar que Marco había conocido una chica al fin, ya que le suele costar si no le ayudamos nosotros.
Ahora tenia pensado solo acercarme y saludar. Que me lleve a casa otro día.
A escasos 3 metros vi una melena morena y esa sonrisa me era familiar...
- ¿Izan? ¿Qué haces aquí? - Dijo Marco apartándose de ella.
- Molestar.
Me di la vuelta e intenté acelerar el paso, pero era como si las piernas me fallaran y Marco me alcanzó.
- Izan lo siento por no decirte nada. Ángela y yo creíamos que era lo mejor. - Me dijo poniendose en frente mía.
- Sabías perfectamente que aún no me había olvidado de ella. ¡Lo sabias Marco! - Le dije con rabia y con los ojos llorosos.
- Pero entiende que tienes que rehacer tu vida, y que ella tarde o temprano iba a estar con cualquiera!
- ¡Pero tú no joder! - Las lágrimas no aguantaron más, ya rozaron mis labios.
- Lo siento, de veras. Esque no sé. Ella estaba echa un lío y me pedía ayuda. Y la noche que quedasteis que te lanzastes y ella se quitó pues me pidió hablarlo en persona y no sé como fué, pero unas cosas llevo a otras y nos besamos. En serio que no iba con intención de ello.
- ¿Justo ese día? La de tardes que os he dado a tí y a Óscar hablando de ese puto día y ahora me dices esto?... Aparta de mi camino. - Le dije empujándole con la mano, pero cuando ya estaba caminando me giré. - Una cosa... ¿La quieres?
- Si... Eso creo. Izan perdoname por favor.
Me giré sin contestarle y seguí mi camino...
Y aquí estoy yo.
Sentado al borde de mi cama fumándome el último cigarrillo de mi cajetilla de Malboro...